La vida de las mujeres talibanas:
Tenían prohibido consultar a un
médico varón, y las médicas no podían trabajar. Tampoco podían salir de sus
casas sino estaban acompañadas por un pariente varón. Los talibanes habían
prometido paz y seguridad después de dos décadas de guerra y violencia, pero lo
que les dieron fue presión.
El actual gobierno había prometido construir una nación en las que se garantizara a las mujeres los derechos. Y desde que empezó la guerra, en octubre de 2001, Estados Unidos prometió 15.000 millones de dólares para ayudar a la reconstrucción del país, pero hasta ahora sólo se distribuyó un tercio de esa cifra. Los afganos confían la seguridad a tropas extranjeras hasta que se establezca su propio ejército, y en la ayuda externa para ingresar en el siglo XXI. Pero las mujeres han descubierto que su esperanza de un nuevo Afganitán está muy lejos. Deben luchar contra un patriarcado de siglos, que la guerra ha arraigado, y las pocas que han logrado empezar o retomar sus carreras son voces aisladas en un mundo de hombres.
El actual gobierno había prometido construir una nación en las que se garantizara a las mujeres los derechos. Y desde que empezó la guerra, en octubre de 2001, Estados Unidos prometió 15.000 millones de dólares para ayudar a la reconstrucción del país, pero hasta ahora sólo se distribuyó un tercio de esa cifra. Los afganos confían la seguridad a tropas extranjeras hasta que se establezca su propio ejército, y en la ayuda externa para ingresar en el siglo XXI. Pero las mujeres han descubierto que su esperanza de un nuevo Afganitán está muy lejos. Deben luchar contra un patriarcado de siglos, que la guerra ha arraigado, y las pocas que han logrado empezar o retomar sus carreras son voces aisladas en un mundo de hombres.
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