El fin de la Primera Guerra Mundial en 1918 provocó la desmembración del Imperio Austro-Húngaro multinacional en sus partes históricas. Una de ellas es el Reino Checo, formando la parte occidental de la recién creada Checoslovaquia. Insistieron en las fronteras tradicionales del Reino de Bohemia y Moravia, de acuerdo con el Uti possidetis juris. Esto significaba que el nuevo Estado checo tendría límites montañosos defendibles con Alemania, pero también que las zonas de asentamiento altamente industrializadas, con 3 millones de alemanes étnicos sudetes, sería separada de Austria y puesta bajo control checo.
Después de que la República Checoslovaca (ČSR) fuera proclamada el 28 de octubre de 1918, los alemanes sudetes, alegando el derecho a la libre determinación de acuerdo con el décimo punto de los Catorce Puntos del presidente Woodrow Wilson, exigieron que su tierra de origen permaneciera en el Estado austriaco, que por entonces se había reducido a la República de Austria Alemana. Se basaban en la oposición pacífica a la ocupación de los Sudetes por el Ejército checo, un proceso que se inició el 31 de octubre de 1918 y concluyó el 28 de enero de 1919. La lucha y los ataques sangrientos tuvieron lugar sólo en forma esporádica, resultando muertos una docena de alemanes y checos.
El 4 de marzo de 1919, casi toda la población de los Sudetes alemanes se manifestaba pacíficamente por su derecho a la libre determinación. Estas manifestaciones fueron acompañadas por un día de huelga general por parte de los alemanes. El Partido Socialdemócrata Obrero Alemán en la República Checoslovaca, que era el partido más grande de la época, fue quien tomó la iniciativa para la demostración con el apoyo también de los partidos alemanes burgueses. Estas manifestaciones de masas fueron reprimidas por los militares checos, causando 54 muertes y 84 heridos.
El Tratado de Saint Germain del 10 de septiembre de 1919 confirmó la pertenencia de los Sudetes a Checoslovaquia. El nuevo Estado checoslovaco consideraba a los alemanes como una minoría. No obstante, algunos de 90 por ciento vivían en territorios en los que representaron el 90 por ciento o más de la población.
En 1921, la población multiétnica de Checoslovaquia comprendía 6.6 millones de checos, 3.2 millones de alemanes, 2 millones de eslovacos, 0.7 millones de húngaros, 500.000 rutenos (ucranianos), 300,000 judíos y 100,000 polacos, así como gitanos, croatas y otros grupos étnicos. Los alemanes representaban un tercio de la población en el territorio checo y cerca del 23.4% de la población de la república (13,6 millones).
Los Sudetes poseían minas de lignito, empresas químicas, textiles, de porcelana y fábricas de vidrio. Al oeste, una zona históricamente de etnia alemana alrededor de la ciudad Cheb (Eger en alemán) fue muy activa en el nacionalismo pangermano. La Selva de Bohemia se extendía a lo largo de la frontera de Baviera con las zonas agrícolas pobres del sur de Bohemia.
Moravia incluía regiones de etnia alemana en el norte y el sur. Eran características las "islas lingüísticas" alemanas, ciudades habitadas por minorías étnicas de alemanes y rodeadas por los checos. El extrema nacionalismo alemán nunca fue típico de esta zona. El nacionalismo étnico alemán de la región minera del sur de Silesia, con un 40,5% de alemanes, fue inmovilizado por el miedo de la competencia de la industria en Alemania.
No todos los alemanes étnicos vivían en áreas aisladas y bien definidas, pues en virtud del desarrollo histórico, los checos y los alemanes se habían mezclado en muchos lugares, y eran numerosos en ambos grupos los que tenían al menos un conocimiento parcial de las segundas lenguas. Desde la segunda mitad del siglo XIX, los checos y los alemanes habían creado por separado las instituciones culturales, educativas, políticas y económicas que se mantuvieron (por ambos lados) aisladas unas de otras. Esta separación se prolongó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
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