miércoles, 11 de diciembre de 2013

Ferrocarril en la I Revolución Industrial.

   La Revolución Industrial iniciada en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, dio paso a un enriquecimiento general que fue transformando la vida y maneras de trabajar, en principio en Europa, y posterior y paulatinamente en distintos países del mundo. Destacando de forma más visible el continente americano. Una buena prueba de la transformación y enriquecimiento lo podemos ver en la producción de hierro. En 1780 la producción de hierro fue de 60.000 toneladas; en 1800 de 300.000 TN. y en 1830 fue de 700.000 toneladas. Las máquinas cambiaron las formas de producción. La proliferación de fábricas contribuyó notablemente al desarrollo, creándose distintas industrias apoyadas por la maquinaria que contribuía notablemente al enriquecimiento de las naciones.
La gran empresa del siglo XIX fue la construcción de los ferrocarriles. La importancia que tuvo el ferrocarril en el desarrollo y progreso durante este siglo fue vital. Los tendidos de vías férreas se extendieron por todas partes. Las primeras construcciones ferroviarias se planificaron para el traslado del mineral. Siendo la minería la industria más beneficiada en su desarrollo, al utilizar el ferrocarril como el medio de transporte más útil y rápido para la distribución del mineral. Trasladándolo en muchos casos a puertos marítimos, donde también mediante la máquina de vapor, era transportado vía marítima a aquellos puntos del globo donde eran demandados. Desde que la Revolución Industrial se puso en marcha, fueron muchas las industrias que multiplicaron su producción, beneficiándose de las distintas maquinarias que fueron incorporando para mejorar su producción. La tecnología se introdujo en la industria textil, agrícola, minera, la imprenta, etc., creándose fábricas en las que las ruedas, poleas, raíles y otros elementos tecnológicos funcionaban a pleno rendimiento. La transformación fue notable. Pero si hubo algo que revolucionara definitivamente todos los aspectos de la industria y la población, esto fue el Ferrocarril.
 El ferrocarril contribuyó en todos los sentidos al progreso general. Algo que en la actualidad sigue en pleno auge, con avances notables tanto en rapidez como en seguridad. Como medio de transporte ha cobrado una importancia digna del mejor elogio, ya que en general, son muchos los países que están implantando la Alta Velocidad como medio de transporte de viajeros. Incluso se podría decir que está sobrepasando al transporte aéreo. En el ferrocarril se pueden diferenciar tres etapas o épocas, a saber, la del vapor, la del diésel y la eléctrica. Sin duda la que más se identifica con el tren es la del vapor. Casi se puede decir que todavía sigue funcionando en nuestros días. Cuando hablamos del tren lo primero que nos imaginamos es una locomotora de vapor, por muy difícil que resulte ver hoy una en funcionamiento. En EE.UU. se sigue utilizando este tipo de locomotoras, tanto en expresos como en mercancías. Si bien, dichas locomotoras son alimentadas con diésel en lugar del clásico carbón mineral. Cuando buscamos información ferroviaria de distintos lugares del planeta en Internet, siempre nos encontramos con el ferrocarril de vapor. Obviamente porque fue el primero, pero en todos los casos porque es el que marca el origen de una transformación en todos aquellos lugares donde se puso en marcha.
 

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