Bakunin
En 1840 viajó a Europa; en Berlín tuvo
oportunidad de conocer las teorías de los neohegelianos de izquierda y
de los socialistas utópicos franceses. Más tarde se trasladó a Dresde,
ciudad en la que publicó un periódico radical que se puede considerar su
primer manifiesto revolucionario.
Por último,
recaló en París, donde residió entre los años 1842 y 1848, coincidiendo
con Herzen, Proudhon y Marx, y participó en las revoluciones que
estallaron en este último año en la capital francesa y en Praga y
Dresde. Detenido y condenado a muerte, la pena no se ejecutó y Bakunin
fue entregado al gobierno ruso, que lo encarceló por siete años y en
1857 lo desterró a Siberia.
Según parece, el
gobernador de Siberia, Muraviev, era primo de la madre de Bakunin y
gracias a ello se le concedió un permiso para salir de allí; un barco
estadounidense lo llevó a Japón, luego a Estados Unidos y finalmente, en
1861, se trasladó a Londres, donde residiría cuatro años.
En
1864 fundó en Ginebra la Hermandad Internacional de la Democracia
Social, organización revolucionaria que se disolvió al integrarse en la I
Internacional, en 1867. En este mismo año se dirigió a Suiza, donde
apoyó la Liga por la paz y la libertad, a la que pertenecían
personalidades como Garibaldi, Louis Blanc, Victor Hugo y Stuart Mill.
Posteriormente formó la llamada Alianza Internacional de la Democracia Socialista, cuyo programa reivindicaba una serie de reformas que constituían la base de la doctrina política de Bakunin: la supresión de los Estados nacionales y la formación en su lugar de federaciones constituidas por libres asociaciones agrícolas e industriales; la abolición de las clases sociales y de la herencia, la igualdad de sexos y la organización de los obreros al margen de los partidos políticos.
Posteriormente formó la llamada Alianza Internacional de la Democracia Socialista, cuyo programa reivindicaba una serie de reformas que constituían la base de la doctrina política de Bakunin: la supresión de los Estados nacionales y la formación en su lugar de federaciones constituidas por libres asociaciones agrícolas e industriales; la abolición de las clases sociales y de la herencia, la igualdad de sexos y la organización de los obreros al margen de los partidos políticos.
En
1870 fundó el Comité para la Salvación de Francia, asociación que
dirigió la insurrección de la Comuna de Lyon. Durante la I
Internacional, las diferencias entre sus ideas y el autoritarismo de
Marx llevaron a la expulsión de los anarquistas del seno de la
organización durante el congreso de La Haya, celebrado en 1872.
Bakunin
pasó sus últimos años en Suiza, viviendo pobremente y sin más aliento
que la correspondencia que mantenía con pequeños grupos anarquistas.
Expuso su pensamiento en una voluminosa obra, y fue su discípulo James
Guillaume quien, entre los años 1907 y 1913, en París, se encargaría de
recopilar y editar todos sus libros. Del conjunto de su voluntariosa
obra destacan El llamamiento a los eslavos, que denuncia a la
burguesía como fuerza intrínsecamente antirrevolucionaria y propugna la
creación en Europa Central de una federación libre de gentes eslavas; El catecismo revolucionario y El Estado y la anarquía.
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