Se cree que la primera máquina de vapor como tal, fue desarrollada
en 1633. Esta creación pertenece a Eduard Somerset. La idea para
desarrollarla, era el llevar agua desde el primer piso, hasta el segundo en
un castillo en Londres. Pero su invento pasó al olvido, ya que de manera
posterior, no pudo continuar con su desarrollo debido a la falta de fondos.
Para 1705, se desarrolló la llamada por su inventor, máquina de vapor
atmosférica. Esta fue desarrollada por el ingeniero Thomas Newcomen. La
gracia de su máquina, era aprovechar de manera económica, el vapor
desarrollado por la combustión de fósiles naturales. Podemos ver su
funcionamiento en la imagen animada de abajo.
Pero quien inventó la máquina de vapor que realmente revolucionó al mundo, fue el mecánico escocés James Watt. Quien mejoró notablemente, la máquina creada por Newcomen; en este diseño anterior, el agua se enfriaba en el mismo cilindro, por lo que su forma, no era del todo lo que se esperaba. El fue el que se considera el inventor de la primera máquina de vapor aunque realmente fue una máquina basada en la de Newcomen.
La primera máquina de vapor que inventó Watt, vio la luz en 1774. Gracias a la ayuda económica de Matthew Boulton. Ambos crearon una firma, para explotar la patente de la máquina de vapor recién creada. Como hemos podido apreciar, podemos señalar a James Watt como quien inventó la máquina de vapor que todos conocemos, sin desconocer todos los diseños y esfuerzos del pasado.
James Watt Nacido en Greenock, Escocia el 19 de enero de 1736, su padre era armador de origen escocés y le enseñó en la fabricación y uso de las herramientas y útiles náuticos. Desde joven se interesa por las Matemáticas y los aparatos de medición, conocimientos que incrementa tras viajara a Londres y contactar con Morgan de Cornhill. Tras volver a su lugar de origen, participa en varios trabajos para el Colegio de Glasgow, lo que le vale ser nombrado maestro dedicado a la fabricación de instrumentos matemáticos en su Universidad. Watt estudió los usos y aprovechamientos que pudieran ser derivados del vapor, hasta ese momento poco aprovechados. Así, inventó un prototipo que lograba reducir en gran medida el aporte de combustible, aplicando la presión del vapor para mover el pistón de un cilindro. El especial significado que tiene este desarrollo, es que nunca el hombre había contado con una máquina que le suministrara energía en forma confiable, sin recurrir a su propia fuerza ni a la de los animales. Hacia 1800 la máquina estacionaría a vapor ya era un producto comercial, y la firma Watt & Boulton tenía, por patentes y por su habilidad comercial, casi el monopolio en toda Europa.
Es así, como la máquina de vapor de Watt, hace que el vapor se condense en
un recipiente especial, el condensador. Este condensador era conectado a un
tubo externo con forma cilíndrica, al cual se le tapaba ambos extremos.
Usando este mecanismo, la máquina de Watt, lograba que el cilindro siempre
se mantuviera caliente, con lo cual, el ahorro de la energía proporcionada
por la leña o el carbón, era muy superior a lo logrado por la máquina de
Newcomen. Con ello, se evitaba la pérdida de calor, lo cual hacía que la
performance de la máquina de Newcomen, no fuera la deseada. Más bien, la
presentaba como una máquina rudimentaria y artesanal.Pero quien inventó la máquina de vapor que realmente revolucionó al mundo, fue el mecánico escocés James Watt. Quien mejoró notablemente, la máquina creada por Newcomen; en este diseño anterior, el agua se enfriaba en el mismo cilindro, por lo que su forma, no era del todo lo que se esperaba. El fue el que se considera el inventor de la primera máquina de vapor aunque realmente fue una máquina basada en la de Newcomen.
La primera máquina de vapor que inventó Watt, vio la luz en 1774. Gracias a la ayuda económica de Matthew Boulton. Ambos crearon una firma, para explotar la patente de la máquina de vapor recién creada. Como hemos podido apreciar, podemos señalar a James Watt como quien inventó la máquina de vapor que todos conocemos, sin desconocer todos los diseños y esfuerzos del pasado.
James Watt Nacido en Greenock, Escocia el 19 de enero de 1736, su padre era armador de origen escocés y le enseñó en la fabricación y uso de las herramientas y útiles náuticos. Desde joven se interesa por las Matemáticas y los aparatos de medición, conocimientos que incrementa tras viajara a Londres y contactar con Morgan de Cornhill. Tras volver a su lugar de origen, participa en varios trabajos para el Colegio de Glasgow, lo que le vale ser nombrado maestro dedicado a la fabricación de instrumentos matemáticos en su Universidad. Watt estudió los usos y aprovechamientos que pudieran ser derivados del vapor, hasta ese momento poco aprovechados. Así, inventó un prototipo que lograba reducir en gran medida el aporte de combustible, aplicando la presión del vapor para mover el pistón de un cilindro. El especial significado que tiene este desarrollo, es que nunca el hombre había contado con una máquina que le suministrara energía en forma confiable, sin recurrir a su propia fuerza ni a la de los animales. Hacia 1800 la máquina estacionaría a vapor ya era un producto comercial, y la firma Watt & Boulton tenía, por patentes y por su habilidad comercial, casi el monopolio en toda Europa.
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