Luis XIV, uno de los más destacados reyes de la historia francesa, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa.
Infancia y ascenso al trono.
Luis XIV nació el 5 de Septiembre de 1638, suceso que fue recibido como un don divino por sus padres: Luis XII y Ana de Austria, los cuales no habían conseguido descendencia en veintitrés años.
Al finalizar la Guerra de los Treinta Años, en el año 1648 comenzó una guerra civil francesa conocida como la Fronda. Mazarino continuó con las políticas de centralización emprendidas por su predecesor, Richeliu, aumentando así el poder real a expensas de la nobleza. En 1648, intentó imponer un impuesto a los miembros del Parlamento, el cual estaba constituido, principalmente, por miembros de la nobleza y altos cargos eclesiásticos.
Muerte de Luis XIV.
Al morir éste, en 1661, asumió por completo sus
funciones regias; de su padre había heredado el prurito de su grandeza y
la idea del carácter divino de su poder. Un año antes, en 1660 había
contraído matrimonio con la infanta española María Teresa, lo cual no le
impidió tener varias amantes, entre ellas La Vallière, Montespan y
Madame de Maintenon, con quien, tras enviudar, casó en secreto en 1680.
Instalado
primero en Saint-Germain y más tarde en el imponente marco del palacio
de Versalles, se rodeó de dóciles cortesanos, redujo a la nobleza, restó
poder al Parlamento y el clero y centralizó la Administración pública
mediante un complejo aparato burocrático.
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