viernes, 13 de diciembre de 2013

LUDISMO.



El “Ludismo” o Luddismo  fue un movimiento obrero que nació y adquirió un importante auge en Gran Bretaña a principios de la 1º Revolución Industrial (1811), y nació como respuesta violenta a las crecientes tasas del paro que supuso la implantación de las máquinas capaces de hacer el trabajo de varias personas a la vez.
Las malas condiciones laborales, los bajos salarios y las enfermedades profesionales llevaron a los trabajadores a un tipo de revuelta espontánea y desorganizada. Su acción se dirigía con frecuencia contra los instrumentos de producción, a los que consideraban responsables del paro y de los bajos salarios, o contra los empresarios y el Estado que los protegía.
Estas primeras formas de resistencia obrera reciben el nombre de ludismo y su principal manifestación consistió en la destrucción o incendio de máquinas y establecimientos fabriles.



El maquinismo supuso muy pronto el deterioro de las condiciones de trabajo de los obreros y, al principio, dejó a muchos sin trabajo. De las 800.000 personas que en el año 1800 trabajaban en los telares manuales de Inglaterra, en 1834 sólo quedaban 200.000. Por ello, en las primeras décadas del siglo se produjeron muchos levantamientos de obreros y campesinos que protestaban contra la introducción de las máquinas y la generalización del sistema fabril.
La lucha contra la máquina llegó a ser una manera de defender el puesto de trabajo y también de intimidar a los empresarios en un momento de conflicto laboral. (Gran Bretaña conoció cuatro grandes oleadas ludistas entre 1811 y 1816 y posteriormente el movimiento se extendió por toda Europa (en España son conocidos los hechos de Alcoy, en 1820, y el incendio de la fábrica Bonaplata de Barcelona, en 1835).
El movimiento ludista tuvo, sin embargo, una vida relativamente corta. Pronto los dirigentes obreros comprendieron que no eran las máquinas sino los empresarios sus enemigos.

Destacó Ned Ludd  un trabajador británico del condado de Leicestershire, cuya vida se sitúa en torno al siglo XVIII o XIX, de existencia legendaria y dudosa; pudo ser un pseudónimo para protegerse de posibles represalias. Se cuenta que hacia 1811 incendió varias máquinas textiles a modo de respuesta a las represiones que el proletariado estaba sufriendo. Su acción constituiría la base del movimiento ludista, de oposición al maquinismo y a toda forma de tecnología en la revolución industrial y en el mundo moderno. Cumple un papel muy importante en la Revolución Industrial.




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